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Guardianes de la marca: cómo proteger y mejorar la reputación empresarial
23 de febrero de 2024
La reputación corporativa es un activo muy valioso para la empresa. Por tanto, es una responsabilidad de todos los directivos de cada compañía hacer que su valor aumente, ya que con ello también mejorarán otros aspectos del negocio: ventas, fidelidad de clientes, etc. Pero ¿qué significa reputación? No solo se trata de la percepción que tienen los demás de la marca, sino de algo mucho más significativo que mostraremos en este artículo.
Qué es la reputación corporativa
Este concepto hace referencia a la imagen que la empresa proyecta a la opinión pública. Pero también engloba otros aspectos como la integridad, la ética o el rendimiento del negocio. Eso hace que esta sea una de las métricas más importantes para una empresa. Aunque su valor real es intangible, su potencial es muy grande.
Por ello, es fundamental cuidarla y revalorizarla a largo plazo. Además, va unida a la imagen de marca. Por eso es vital no dar pasos en la dirección equivocada a la hora de gestionarla.
Estos términos no son nuevos. De hecho, en un artículo de Luis Abril en EL PAÍS y titulado La reputación corporativa como concepto, ya hablamos sobre ello hace bastantes años. Sin embargo, en los últimos tiempos parecen haber cobrado mucha mayor relevancia otros aspectos como la RSC (responsabilidad social corporativa). Pero, a nivel empresarial, su importancia en estos momentos puede ser mayor que nunca, sobre todo en un entorno tan competitivo como el actual.
El valor de la reputación de la empresa
En La reputación: el activo más importante de un negocio digital, un artículo de David López publicado en CincoDías también se habló sobre su verdadera importancia: “La reputación online es uno de los activos más importantes de las empresas y los individuos, en la sociedad de la información. Para las empresas, puede significar un valor competitivo o diferenciación en el mercado”. La reputación corporativa tiene un gran impacto en varios aspectos que benefician a la empresa. Uno de ellos es la lealtad de los clientes, que se incrementa si el valor de la marca aumenta. Y también se puede notar el mismo efecto en la capacidad del negocio de generar mayores ingresos a lo largo del tiempo. Para lograrlo es necesario establecer estrategias que permitan garantizar la imagen de marca en el futuro.
La importancia de la reputación digital
Internet se ha convertido en una herramienta muy importante para las empresas. Sobre todo, para aquellas con presencia en el mundo digital. Por tanto, la reputación online debe valorarse en su justa medida. De hecho, su valor implícito cada vez es mayor en las empresas. En La reputación empresarial cotiza al alza, escrito por Rafael Durán Fernández en CincoDías, el autor hace una valoración sobre la verdadera relevancia de este activo intangible para las compañías: “Las organizaciones necesitan cada vez más indicadores, modelos y herramientas de gestión y de medición que ayuden a la alta dirección en la toma de decisiones.”.
Para conocer su valor real hay que basarse en tres ejes principales:
· La realidad de la empresa.
· La visibilidad de su proyecto digital.
· El ruido social digital.
Así, aspectos tan simples como revisar una reseña sobre cualquier negocio pueden hacer que la opinión de los usuarios se vea alterada. Por ello, es vital actuar de manera proactiva para evitar la destrucción de la imagen de marca. Esto es algo que mostramos a continuación.
Estrategias para proteger la reputación e incrementar su valor añadido
Para consolidar la reputación es muy importante seguir algunas recomendaciones:
Prácticas empresariales éticas
Tanto los clientes como los propios empleados de una compañía valoran positivamente el hecho de que una corporación mantenga unos principios éticos en su funcionamiento. Para ello, es fundamental empezar por lo más básico, es decir, por el trato a los trabajadores. Contar con unas condiciones de empleo dignas (buenos sueldos, programas de conciliación familiar, o beneficios en especie para los integrantes de la empresa) es algo crucial.
Pero también debe tenerse en cuenta en este sentido a los consumidores. Así, es vital emplear energías limpias, buscar la sostenibilidad y tratar de ayudar a la población o al entorno en el que la empresa desarrolla su actividad también es muy recomendable.
Por desgracia, todavía es demasiado habitual encontrar prácticas poco éticas en las empresas. De hecho, tal y como desveló hace unos años la redacción de EL PAÍS, Cuatro de cada 10 directivos acepta las prácticas poco éticas en sus empresas.
Comunicación y transparencia
Para lograr que el valor de la marca se incremente a largo plazo es relevante todo lo que se hace para conseguirlo, pero también que los demás lo conozcan. Por eso, resulta muy interesante tener una política proactiva de comunicación que sea capaz de mostrar al exterior que se hacen las cosas bien.
Enviar notas de prensa para demostrar la importante labor que lleva a cabo la compañía en un aspecto determinado es una de las mejores estrategias de promoción. Y es que los medios de comunicación juegan un papel muy importante a la hora de ofrecer una visión global del negocio. Lo mismo sucede a la hora de abrir las puertas de la corporación a todos los interesados. La transparencia en las cuentas, en la fuente de su materia prima o mercancía o mostrar de un modo claro el funcionamiento de la empresa son también factores que repercuten positivamente.
Cómo mejorar la imagen de marca a largo plazo
Respetar las estrategias que hemos mostrado permite a las empresas mejorar su imagen de marca a lo largo del tiempo. Sin embargo, es importante introducir políticas que también miren hacia delante para garantizar que la gestión futura no dé un paso atrás en esta materia.
Para conseguirlo se puede ofrecer el compromiso de cumplir con la responsabilidad social corporativa, algo que tiene un impacto sobre la marca, pero también afecta a otros aspectos como el financiero. Y es que muchos inversores ven con buenos ojos estas prácticas empresariales y la Unión Europea las está demandando en todos los negocios.
Y es que la sociedad prefiere marcas con valores, como ya explicó Armando Aguilar hace algunos años en EL PAÍS.
Además, resulta muy interesante hacer una evaluación continua sobre todas las estrategias y medios que se emplean para incrementar el valor de este activo intangible. Para ello podemos aprovechar la experiencia y trasladar al negocio acciones y estrategias de casos de éxito que hayamos encontrado en otros negocios, o incluso en empresas de otros sectores.
Como hemos visto, la reputación corporativa tiene en cuenta las acciones realizadas por las empresas, pero también tiene un impacto la percepción de clientes, inversores o vecinos sobre su valor. Aunque no es posible medir este aspecto, llevar a cabo estrategias para su conservación y mejora sí tiene una importante repercusión sobre otras áreas de la empresa. Así, aspectos como las ventas o la demanda de los productos o servicios que comercializamos se benefician de contar con una imagen de marca fuerte. Con la suscripción a EL PAÍS Profesional podrás mantenerte informado sobre toda la actualidad para conocer de primera mano las últimas tendencias en comunicación. Conoce aquí los planes que mejor se adaptan a tu organización.
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