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Las herramientas digitales no sólo facilitan la preparación de las clases

La tecnología permite crear fuentes de información secundaria personalizada que permiten enriquecer los contenidos de todas las materias

Susana Pérez de Pablos

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29 de noviembre de 2024

Antes de la pandemia del Covid-19, no son pocas las personas que reconocen que no sabían ni siquiera compartir su pantalla del ordenador con otros participantes en una reunión online. Pero, tras el auge, motivado por ella, de las reuniones por videoconferencia y de las clases digitales, todo ha cambiado. Aunque fuera por un motivo tan indeseable como una pandemia, la realidad es que esa etapa aceleró la normalización del uso de la tecnología en el aprendizaje.

Una vez pasada esa época de necesidad tecnología, la cuestión era con qué herramientas digitales nos quedábamos en cada ámbito de la sociedad que realmente aportaran a nuestra actividad laboral, más allá de lo que ya hacíamos antes de la pandemia. Y quizás ésta sigue siendo la cuestión que, en el caso del ámbito educativo, sigue sobre la mesa. Porque la tecnología, más allá de aprender a usarla para nuestra vida diaria, podemos incorporarla a nuestra medida y dimensión, tanto en el ámbito laboral o personal, según considere cada cual. 

Herramientas digitales que vinieron para quedarse

En el caso de la enseñanza, hay algunas herramientas digitales que vinieron para quedarse y se usan para la preparación de las clases de cualquier materia en buena parte de los centros españoles. Y otras que han pasado a ser de uso mucho más minoritario. Aunque, definitivamente, cuanto más amigable y más facilite la preparación de las clases y de su contenido al docente más éxito tendrá. 

Una de las más usadas es Google Classroom, cuya principal utilidad para preparar las clases tiene que ver con facilitar la organización y estructura. Permite colgar tareas para que las realicen los alumnos en casa, o incluso las que se han hecho en clase, a modo de repositorio de contenidos, que facilite luego al estudiante su repaso o consulta. También facilita tanto la entrega y la corrección de los trabajos que haya puesto el docente a una clase, que pueden tener, además, formato de gráfico o distintos tipos de infografías. 

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Un ahorro del tiempo por el uso de herramientas digitales que esté bien invertido

“El uso de herramientas digitales tiene sentido cuando el tiempo que ahorras gracias a ellas lo inviertas en otro foco de aprendizaje del alumno, por ejemplo, para personalizarlo”, opina Carlos Bueno, profesor de Tecnología e Informática y director del Colegio Trilema El Carmen en Manises, Valencia. Este experto explica que, entre las herramientas que ayudan a preparar las clases, están, esencialmente, por un lado, las facilitan la labor de programación y organización del docente y, por otro, las que le permiten generar contenido. 

En este segundo caso, entramos ya en el terreno de los recursos que viven su mayor auge, los que están basados en la inteligencia artificial (IA). “Herramientas como ChatGPT y otras similares ayudan a generar contenido con facilidad, a adaptarlo a los alumnos a los que se vaya impartir la clase”, destaca Bueno. Aunque después añade un pero. “Es bueno generarlo si se personaliza para ampliar el libro o los materiales con los que preparen habitualmente las clases, porque una de las ventajas es que se puede adaptar fácilmente, por ejemplo, para los alumnos que tengan altas capacidades o a una clase multinivel o para enseñar a estudiantes con dificultades concretas”. 

Las herramientas de IA saben lo que es, por ejemplo, el trastorno por déficit de atención por hiperactividad (TDH) y son capaces de adaptar un contenido a las necesidades que quienes los padecen, “pero con errores”, puntualiza el director del Colegio Trilema El Carmen. “El profesor tiene después que pulirlo, así como enseñar a los alumnos a utilizar bien herramientas como ChatGPT”. Precisamente sobre la posibilidad de dedicar un tiempo de clase a que los alumnos aprendan a usar la IA hay opiniones encontradas aún. Algunos profesores y centros son, en efecto, partidarios de hacerlo, ya que muchos jóvenes, especialmente estudiantes de secundaria, ya están aprendiendo y usando por su cuenta estas herramientas. Otros docentes, en cambio, lo consideran precipitado hoy por hoy.

“Hay una gran diferencia entre el criterio de los centros, pero también entre el de los propios docentes del centro. También tienen que ver lo avanzados que estén en la implantación del llamado ´uno a uno´, es decir en la incorporación de los ordenadores o tabletas para cada uno de los alumnos de secundaria”, opina Laura Martínez, profesora de Lengua recién jubilada, que ha trabajado en diversos centros educativos concertados de Madrid. “Por lo que muchos docentes no están aún, como me pasaba a mí, en el momento de incorporar la IA a las clases y mucho menos en el de enseñar a los alumnos a manejarse con ella”.

La veracidad de la información de contenidos de actualidad

Lo que sí es una preocupación prácticamente unánime en el ámbito educativo es el control del uso de la IA por parte de los estudiantes para copiar trabajos. Hay que decir que también lo es en muchos otros sectores laborales. El reto de detectar el uso indebido de este tremendo avance tecnológico es ya un tema en sí mismo, los programas que existen para detectar lenguaje de IA, la forma de utilizarlo para documentarse, la veracidad de los datos que genera, especialmente cuando se trata de información de temas de actualidad… Y esto, llevado al terreno de la educación, en el que se está formando a las generaciones que crecerán en un entorno para el que su uso sea lo natural. 

La pedagoga Carmen Pellicer hace hincapié también en la disparidad que existe entre las situaciones de unos centros y otros, aunque ella es partidaria de la incorporación de estas herramientas digitales de forma progresiva, desde los dos últimos cursos de primaria. “Buena parte el profesorado utiliza, por ejemplo, las pizarras digitales, con las que ya cuentan prácticamente todos los centros españoles, como proyectores para enseñar muchas materias”, explica Pellicer. Ahora bien, añade, “es importante que se trabaje más y que se potencie la formación del profesorado en la utilización de las nuevas y numerosas herramientas digitales que existen hoy por hoy, porque éste debe sentirse cómodo usándolas en el aula, es lo único que nos conducirá a la normalización del uso de la tecnología para la enseñanza de materias como Historia o Latín, por ejemplo”.

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