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Establece indicadores clave de rendimiento (KPI) para evaluar el impacto de las iniciativas de RSC

14 de mayo de 2024

La responsabilidad social corporativa (RSC) cada vez está presente en un mayor número de empresas. Hasta hace unos años, su implantación era escasa. Sin embargo, la mayor importancia que tiene para los consumidores la sostenibilidad, junto con los beneficios que supone en términos de inversión y financiación hace de la RSC una prioridad. Eso sí, para garantizar su cumplimiento es vital encontrar métricas que permitan valorar correctamente el impacto de las diferentes medidas. Por ello, en este artículo vamos a hacer un repaso a los KPI más interesantes.

Qué indicadores de rendimiento fijar para valorar la RSC

Cada empresa, dentro de su RSC, prioriza los aspectos que más le interesan, ya sea por motivos medioambientales, sociales o éticos. Sin embargo, es hora de que se lleve a cabo una RSC 360. Esto es algo de lo que Juan José Almagro y Longinos Marín, ya hablaron en La responsabilidad social corporativa que viene, un texto que publicamos en CincoDías hace unos años. 

Para lograrlo, los KPI que valoran el cumplimiento de la RSC tienen que basarse en tres enfoques. Por un lado, es fundamental conocer los niveles de sostenibilidad; por otro, hay que integrar también otros relacionados con el impacto social y con la propia economía de la compañía.

Las pymes, en general, y sobre todo, “las microempresas son las que aseguran en mayor medida la calidad de sus productos y servicios. Además, proporcionan una mejor información de los mismos.” Esto es algo de lo que hablamos en el pasado en CincoDías en un artículo escrito por Rocío González y titulado Importancia de la RSC de las pymes con los clientes y la sociedad.

 

Indicadores de sostenibilidad

Es importante destacar que a la hora de crear una estrategia de RSC, es crucial contar con la tecnología como aliada. En Cómo implementar una estrategia de RSC en una pyme, un artículo publicado por CincoDías y escrito por Rocío González,, en Blog Thinking decían lo siguiente: “Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) desempeñan un papel importante para que las empresas implanten una estrategia de RSC”. 

En este campo debemos centrarnos en cuatro parámetros fundamentales. El primer KPI que debe integrarse tiene que ver con un objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Esto es importante, ya que no solo hay que centrarse en el dióxido de carbono, sino también en otros como los gases de los equipos de climatización. Por tanto, a la hora de fijar el valor esperado, es crucial que este sea realista y que pueda alcanzarse en un tiempo determinado.


En la misma línea del anterior, pero buscando una métrica que englobe todo el ciclo de producción empresarial tenemos el objetivo de disminución de la huella de carbono. Aquí debemos incorporar, por ejemplo, aspectos tan básicos como reducir la distancia de los proveedores, cambiar los embalajes por otros sostenibles, etc.


Otro objetivo que debe estar presente es el de obtener una economía circular basada en el reciclaje y la reutilización. La meta debe ser conseguir que los residuos de la empresa se reduzcan al mínimo posible. Además, lograrlo también tendrá un impacto sobre los otros que hemos señalado.


Por último, otro KPI de sostenibilidad clave es el de la dependencia energética, sobre todo de fuentes fósiles. Aquí hay que conocer la implantación de energías renovables, no solo en las instalaciones de la empresa, sino incluso para sus medios de transporte. Hace un tiempo ya nos hicimos eco en EL PAÍS de la relevancia que las corporaciones daban a este aspecto, y en futuro continuará incrementándose su valor.

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Indicadores sociales

Vamos a nombrar tres KPI de gran importancia. El primero de ellos tiene que ver con la creación neta de empleo. Es decir, teniendo en cuenta las finalizaciones de contrato o las jubilaciones, que la empresa continúe ganando empleados. Es recomendable fijar parámetros adicionales, como por ejemplo las contrataciones de personal con discapacidad o con edades en las que la tasa de desempleo es elevada (menores de 30 o mayores de 55 años).

También es recomendable crear un KPI que muestre la igualdad de género. Para ello hay que fijar un porcentaje de empleados que deben ser mujeres, tanto en los puestos más bajos como en la dirección de la empresa. Esto todavía es una asignatura pendiente en muchas grandes empresas, tal y como recogimos hace unos meses en EL PAÍS Solo 32 empresas cotizadas mundiales alcanzan el equilibrio de género. Carmen Sánchez Silva explicaba que “solo un 7% de las consejeras delegadas globales son mujeres, un 9% de las presidentas y únicamente en 15 empresas son ellas las que ejercen los tres principales cargos de poder”. 

Además, otro objetivo debe estar basado en el cumplimiento de las normativas y regulaciones legales. De esta forma, si se produce una vulneración de la legislación, se verá penalizado. Pero si, por el contrario, se garantiza su cumplimiento, se establecerán puntos positivos por conseguirlo.

Indicadores económicos

Estos no son muy diferentes de los que se deberían fijar en cualquier otra situación. El crecimiento de la facturación siempre debe ser una prioridad para la empresa, así como la reducción de los costes. No obstante, vamos a añadir algunas métricas que consideramos fundamentales en la RSC.

Medir el beneficio neto al final del ejercicio es una de las cosas más relevantes que se deben valorar en la empresa. Se recomienda realizar una comparativa respecto al crecimiento esperado antes de la implantación de la RSC. En la mayoría de los casos, se logra un incremento mayor al calculado antes de su puesta en marcha, lo que demuestra lo positivo de las medidas adoptadas. Miguel Ángel García Vega habló de ello en EL PAÍS en La responsabilidad sale a cuenta. Y es que “Según estudios de la Escuela de Negocios de Harvard y de la Universidad de Hamburgo, las empresas comprometidas con la sostenibilidad baten en sus resultados a la competencia”. 

También se debe crear un indicador que mida el número de nuevos clientes a los que se ha facturado. Esto puede valorarse de forma global, y se puede incorporar una explicación más detallada sobre las razones que los han llevado a confiar en el negocio, unos datos que pueden lograrse mediante pequeñas encuestas tras la primera compra.

El cumplimiento de la responsabilidad social corporativa es muy importante para valorar el éxito de la política social y sostenible de una empresa. Con los KPI de los que hemos hablado en este artículo este trabajo resulta más sencillo. No obstante, hay otros factores externos, como la prensa, que también pueden hacer sus propias valoraciones, algo que no se debe perder de vista. En EL PAÍS Profesional contamos con una suscripción que permite a nuestros clientes estar atentos a la actualidad de su negocio y de todo su sector. Algo fundamental en este caso.

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