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Integrar la responsabilidad social en la estrategia comunicativa
23 de agosto de 2024
Los consumidores cada día se encuentran más concienciados de lo importantes que son los valores éticos, sociales y medioambientales para el conjunto del planeta. Muchas empresas ya han tomado nota de ello y han integrado la responsabilidad social corporativa como parte de su filosofía empresarial. Sin embargo, todavía queda camino por recorrer, y un gran paso hacia el futuro pasa por aprender a comunicar los valores de la empresa. Esto tiene un impacto muy positivo sobre su imagen de marca, como verás en este artículo.
La transparencia, clave para abrir las empresas al mundo
Ya hemos hablado en otras ocasiones en EL PAÍS Profesional de lo importante que resulta la responsabilidad social para las empresas. Pero, ¿cómo se puede integrar dentro del departamento de comunicación? Lo cierto es que el punto de partida se basa en la transparencia. Los clientes quieren descubrir cómo funciona realmente cada negocio, y no solo la fachada encorsetada que se intenta vender. Por suerte, esto es algo que cada día más compañías tienen en cuenta.
Así lo contaba Rafael Durán en su artículo de CincoDías titulado La transparencia gana terreno en las compañías del Ibex en el que se basaba en el último informe de transparencia publicado por la Fundación Haz: “Así, las empresas que componen el índice selectivo español siguen mejorando su transparencia sobre las prácticas de ética y cumplimiento, en un ranking que encabeza en solitario Iberdrola (con 29 puntos), seguida por Enagás y Meliá Hotels (27), que comparten la segunda posición, y ACS (25), en tercer lugar, según el informe. En este ranking son ya 11 las empresas calificadas de transparentes; a las cuatro mencionadas se suman, por este orden, CaixaBank, Redeia, Inditex, Indra, Telefónica, Aena y Ferrovial”.
Contar historias a la audiencia, una tendencia al alza
El marketing ya descubrió hace unos años la importancia del storytelling para las marcas. Y la comunicación también puede adueñarse de ello para aprovechar la oportunidad de dar a conocer la RSC que aplican las empresas a sus clientes. En Lo que una buena historia puede hacer por una marca, un artículo escrito por Javier A. Fernández en EL PAÍS, ya hablaba el autor de lo verdaderamente importante cuando se trabaja con este tipo de historias: “El principal y más inmediato objetivo del storytelling no es vender, sino asociar una serie de valores a una marca o un producto y dejar un buen recuerdo en los consumidores”.
Elegir el medio de comunicación adecuado
Las redes sociales se han posicionado como la mejor opción para comunicarse con la audiencia y, en la actualidad, ocupan un lugar preferente dentro del departamento de comunicación. Enrique Bonsón explicaba su importancia para que las empresas puedan comunicar su RSC a los usuarios en Responsabilidad social corporativa y redes sociales, un texto publicado hace ya algún tiempo en CincoDías: “En la medida en que los dirigentes empresariales se esfuerzan por conseguir entidades más sostenibles y socialmente responsables, el empleo de los medios sociales es primordial. Al fin y al cabo, mientras que la responsabilidad social corporativa (RSC) es la expresión del compromiso de una corporación con el bien público, las redes sociales permiten la interacción y el diálogo con ese mismo público”.
Involucrar a los consumidores, un camino duro, pero necesario
Alcanzar la excelencia en la RSC es una prioridad, y en el futuro continuará ganando todavía más peso en las compañías. Para ello, ser capaz de comunicarse con la audiencia y lograr que estos se impliquen en esas políticas es fundamental.
Elena Valderrábano, directora global de Ética Corporativa y Negocio Responsable en Telefónica, explicaba en EL PAÍS, en un artículo titulado Los consumidores son el nuevo jefe y escrito por Rafael de Rojas cómo se nota el impacto de los clientes en la RSC: “Es una tónica general en España y en todas partes. El propio cambio ha partido de las sociedades por la pérdida de confianza en las instituciones dedicadas a garantizar el bienestar social. Por una parte, la gente está expresando su confianza en la capacidad de las empresas para resolver estos problemas y, por otra, el cliente no quiere relacionarse con marcas que no tengan los valores que ellos tienen. Así que las empresas tienen una mayor responsabilidad”.
Y las compañías se están volcando en lograr este cambio exigido por los consumidores. De hecho, como explicó Carmen Sánchez-Silva en su artículo de EL PAÍS El valor del compromiso con la sociedad: “La inversión media por empresa es de 22,2 millones de euros anuales. Y más de la mitad realizan un desembolso medio de 30.000 euros por proyecto. El 44% de las compañías trabajan en más de 100 proyectos y el 23% en más de 300”.
La RSC es cada día más importante, y no debe perderse de vista la relevancia de que los clientes la conozcan en profundidad, para lo que es vital la comunicación. En EL PAÍS Profesional publicamos muchos más artículos como este que te serán de gran ayuda para desarrollar tu trabajo en el departamento de comunicación. Suscribe a tu equipo a nuestra plataforma y disfrutaréis de los mejores contenidos y análisis para las empresas.
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